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El poder del Sol se puso de manifiesto cuando saltó la noticia de una nueva llamarada solar cuyo tamaño es equivalente en 10 veces al de la tierra, nos encontramos en un periodo de máximo solar, el sol tiene ciclos como cualquier otro astro, la duración de su ciclos es aproximadamente de 11 años, aunque no es algo fijo, y puede ocurrir sobre los nueve o 14 años, sin embargo existen señales indicativas de que se va a producir una cúspide, las manchas solares y el magnetismo que nos llega del sol, y que en ocasiones provoca auroras boreales en lugares poco habituales.
El último máximo de actividad solar se produjo entre el 2000 y el 2001, y parece que está claro que afectara al clima de la tierra, al crecimiento de los árboles o a las precipitaciones.
Estadísticas de algunos observatorios norteamericanos indican que en los años de mayor actividad solar llega a caer hasta un 40% de nieve más que en los años de actividad baja, y llega a doblarse el número de icebergs registrados en los mares templados. La falta de datos más completos, y la no aparición de una teoría que explique este fenómeno desde el punto de vista teórico, hace que en general no se le dé a esta correspondencia la importancia que posiblemente tiene.
Ocurre también dentro de este periodo de máximos y mínimos, gracias a las modernas computadoras y el conocimiento de la relación entre el magnetismo las manchas solares y otras señales, sabemos que este ciclo solar en el que ya nos encontramos puede ser entre un 30 y 50% más intenso que el anterior, y también existen noticias que indican que puede ser el de mayor magnitud en los últimos 400 años (nasa)
La capacidad del sol para causar alteraciones en la tierra es mucho mayor que la que en un principio podríamos sospechar, la enorme dependencia que actualmente tenemos de las telecomunicaciones vía satélite, y en general de los aparatos electrónicos, pone de manifiesto la gran influencia que puede tener una llamarada solar de gran magnitud.
Por poner un ejemplo que además es sorprendente digamos que en el año 1859 se produjo una violenta tormenta solar, en la que se llegaron a producir auroras boreales en lugares tales como España o el Reino Unido, las noticias de esa época recogen que el brilló de la aurora rivalizaba con la luz del sol, por otro lado muchos incendios en los cables de telégrafos tuvieron que ser sofocados, conviene recordar que una aurora boreal:
Una aurora polar se produce cuando una eyección de masa solar choca con los polos norte y sur de la magnetósfera terrestre, produciendo una luz difusa pero predominante proyectada en la ionosfera terrestre.
Ocurre cuando partículas cargadas (protones y electrones) son guiadas por el campo magnético de la Tierra e inciden en la atmósfera cerca de los polos. Cuando esas partículas chocan con los átomos y moléculas de oxígeno y nitrógeno, que constituyen los componentes más abundantes del aire, parte de la energía de la colisión excita esos átomos a niveles de energía tales que cuando se desexcitan devuelven esa energía en forma de luz visible de varios colores. Wikipedia (aurora boreal).
Durante el máximo solar del año 1859 se fundieron los cables del telégrafo, un evento de la misma magnitud o de mayor como parece esperarse dejaría directamente sin luz y solamente en los Estados Unidos a 140 millones de personas, y esto no es ciencia ficción tampoco magufoficción, es una posibilidad.
Aunque sabemos que los satélites ya tiene incorporado un sistema de alerta temprano, que los apagaría durante el tiempo suficiente, también conocemos efectos que pueden permanecer durante un gran periodo de tiempo sin poder solventarse, por ejemplo las redes que pese GPS dejarían de funcionar de manera inmediata, y las redes eléctricas tendrían que repararse en muchos lugares, retrasando la normalización por mucho tiempo.
El pasado 14 febrero ya tuvimos un pico de gran intensidad que podría haber provocado auroras y dificultades en las comunicaciones de una magnitud impredecible pero en cualquier caso alta, sin embargo la posición del campo magnético de la tierra en relación con la eyección solar nos resultó afortunada, no ocurrió lo mismo en 1859 y puede volver a ocurrir.
Esto nada tiene que ver con el fin del mundo, pero es una posibilidad real que puede alterar significativamente la realidad social.
El último máximo de actividad solar se produjo entre el 2000 y el 2001, y parece que está claro que afectara al clima de la tierra, al crecimiento de los árboles o a las precipitaciones.
Estadísticas de algunos observatorios norteamericanos indican que en los años de mayor actividad solar llega a caer hasta un 40% de nieve más que en los años de actividad baja, y llega a doblarse el número de icebergs registrados en los mares templados. La falta de datos más completos, y la no aparición de una teoría que explique este fenómeno desde el punto de vista teórico, hace que en general no se le dé a esta correspondencia la importancia que posiblemente tiene.
Ocurre también dentro de este periodo de máximos y mínimos, gracias a las modernas computadoras y el conocimiento de la relación entre el magnetismo las manchas solares y otras señales, sabemos que este ciclo solar en el que ya nos encontramos puede ser entre un 30 y 50% más intenso que el anterior, y también existen noticias que indican que puede ser el de mayor magnitud en los últimos 400 años (nasa)
La capacidad del sol para causar alteraciones en la tierra es mucho mayor que la que en un principio podríamos sospechar, la enorme dependencia que actualmente tenemos de las telecomunicaciones vía satélite, y en general de los aparatos electrónicos, pone de manifiesto la gran influencia que puede tener una llamarada solar de gran magnitud.
Por poner un ejemplo que además es sorprendente digamos que en el año 1859 se produjo una violenta tormenta solar, en la que se llegaron a producir auroras boreales en lugares tales como España o el Reino Unido, las noticias de esa época recogen que el brilló de la aurora rivalizaba con la luz del sol, por otro lado muchos incendios en los cables de telégrafos tuvieron que ser sofocados, conviene recordar que una aurora boreal:
Una aurora polar se produce cuando una eyección de masa solar choca con los polos norte y sur de la magnetósfera terrestre, produciendo una luz difusa pero predominante proyectada en la ionosfera terrestre.
Ocurre cuando partículas cargadas (protones y electrones) son guiadas por el campo magnético de la Tierra e inciden en la atmósfera cerca de los polos. Cuando esas partículas chocan con los átomos y moléculas de oxígeno y nitrógeno, que constituyen los componentes más abundantes del aire, parte de la energía de la colisión excita esos átomos a niveles de energía tales que cuando se desexcitan devuelven esa energía en forma de luz visible de varios colores. Wikipedia (aurora boreal).
Durante el máximo solar del año 1859 se fundieron los cables del telégrafo, un evento de la misma magnitud o de mayor como parece esperarse dejaría directamente sin luz y solamente en los Estados Unidos a 140 millones de personas, y esto no es ciencia ficción tampoco magufoficción, es una posibilidad.
Aunque sabemos que los satélites ya tiene incorporado un sistema de alerta temprano, que los apagaría durante el tiempo suficiente, también conocemos efectos que pueden permanecer durante un gran periodo de tiempo sin poder solventarse, por ejemplo las redes que pese GPS dejarían de funcionar de manera inmediata, y las redes eléctricas tendrían que repararse en muchos lugares, retrasando la normalización por mucho tiempo.
El pasado 14 febrero ya tuvimos un pico de gran intensidad que podría haber provocado auroras y dificultades en las comunicaciones de una magnitud impredecible pero en cualquier caso alta, sin embargo la posición del campo magnético de la tierra en relación con la eyección solar nos resultó afortunada, no ocurrió lo mismo en 1859 y puede volver a ocurrir.
Esto nada tiene que ver con el fin del mundo, pero es una posibilidad real que puede alterar significativamente la realidad social.
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