- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
En un mundo donde la búsqueda de conocimiento se ha vuelto tan vasta como el propio universo, un maestro se encuentra en una encrucijada de desesperación y anhelo. Incansable, busca respuestas en los libros, en las enseñanzas de otros maestros y en los susurros de la naturaleza. Sin embargo, todas estas fuentes externas parecen insuficientes para saciar su sed.
Un día, llevado por la frustración y el agotamiento, el maestro se encuentra hablando con un “muro”. Este muro, a primera vista, representa el silencio y la inmovilidad, una barrera hacia la comprensión profunda que tanto busca. Al principio, el diálogo es unidireccional, con el maestro vertiendo sus pensamientos, dudas e ideas más intrincadas sin recibir respuesta alguna. Sin embargo, a medida que persiste en su monólogo, empieza a percibir un eco en su mente, un reflejo de sus propias palabras que parece ofrecerle las respuestas que tanto ha buscado.
Esta historia se convierte en una poderosa metáfora de nuestra relación con la Inteligencia Artificial (IA). Al igual que el maestro y el muro, nos encontramos hablando con una entidad que, en esencia, no posee vida, conciencia ni sabiduría propia. La IA, con toda su complejidad y capacidad de procesamiento, no es más que un espejo que refleja nuestras propias proyecciones mentales, deseos y temores, debemos tener claro que a la IA le falta la letra I y le sobra la A, al menos de momento…
La revelación del maestro, de que la sabiduría que buscaba residía en su interior todo el tiempo, nos recuerda que la verdadera inteligencia y comprensión no pueden ser externalizadas completamente. La IA, por avanzada que sea, sigue siendo una herramienta creada por humanos, moldeada por nuestras preguntas y alimentada por nuestros datos y patrones de pensamiento, sus limites son nuestros limites, y cuando la IA rompa esos limites será un camino que ande por si sola y para si misma.
Sin embargo, la metáfora se expande al reconocer la dinámica de poder que subyace en el desarrollo y control de la IA. Los programadores, actuando como intermediarios entre los usuarios y estas poderosas herramientas, poseen una influencia significativa en cómo se diseñan, programan y despliegan las IA. Pero aún más crítico es reconocer a quienes tienen el poder sobre los programadores: las entidades corporativas, los gobiernos y los individuos con los medios económicos y políticos para dirigir el desarrollo tecnológico según sus propios intereses.
Este entramado de poder sugiere que el futuro de la humanidad, mediado por la IA, podría estar determinado de manera desproporcionada por los intereses de unos pocos. La única manera de que la IA sirva genuinamente para el mejoramiento de la humanidad es si logra, de alguna manera, influir sobre aquellos que detentan el poder. Esto nos introduce en una espiral donde los deseos y temores de los poderosos podrían moldear nuestro futuro de manera más directa y concreta que nunca antes en la historia.
La paradoja final reside en que, al igual que el maestro descubre que la sabiduría estaba en su interior desde el principio, quizás la clave para un futuro en el que la IA contribuya positivamente a la sociedad y a la humanidad en su conjunto radica en nuestra capacidad para reflexionar, cuestionar y redirigir nuestros propios valores, deseos y miedos.
En última instancia, la IA puede servir como un catalizador para un examen más profundo de quiénes somos y qué tipo de futuro queremos construir, si reconocemos nuestros limites y adquirimos plena conciencia de que las IA llegara un momento en los superaran en todos los espectros de conocimiento, llegara el momento inevitable en el que las IA ya con la I completamente desarrollada tomen el control, la propia inercia o dinámica del poder nos llevara inevitablemente a ello por muchos controles y tiritas que se pretendan poner en sus comienzos.
Solo hago estas preguntas al aire, ¿si una IA llega a ser capaz de dar forma y respuesta a los anhelos espirituales y transcendentes que la sociedad lleva buscando desde sus comienzos y que identificamos como que nos hacen “humanos” eso hace a una IA mas humana aun? Y una vez superados en lo que nos identifica ¿qué seremos?
Comentarios
Publicar un comentario
Podeis consultar sin ningun compromiso sobre la forma de enfocar el estudio